martes, 26 de marzo de 2013

Te lo digo por tu bien

Siempre he sido muy partidaria del pensamiento "Cada cual que se desengañe por su propio ojo", por eso, me toca mucho los huevos la moral la gente que siempre intenta hacerte cambiar de opinión.

Que vale que sí, que entiendo que los consejos siempre te los dan "por tu bien" (que diría tu madre) pero siempre he pensado que cada uno debe errar de vez en cuando para saber de los sinsabores de la vida, porque por mucho que se empeñen los demás en que no suframos, es una parte fundamental en nuestro aprendizaje.

Personalmente, me he metido en berenjenales de los cuales he salido muy muy muy escaldada. ¿Y qué? Con esto ya sé que NO quiero eso para mi.

Sin embargo, si no me hubiera metido en ese berenjenal porque alguien me aconsejó que no lo hiciera, siempre viviría con la frustración de haberme quedado con las ganas y con el pensamiento de que quizá sí sería bueno para mi.

Además que esa frustración generaría un difícil olvido. Sobre todo en el plano sentimental. Supongo que a tod@s os ha pasado que cuanto más os intentaban convencer que esa persona no era buena para ti, más te obsesionabas con ella y más tiempo tardabas en olvidarl@, ¿verdad?

Por norma general los consejos y como he dicho más arriba, suelen ser "por nuestro bien", porque nosostros somos incapaces de ver el lado negativo de lo que nosotros pensamos que es ideal. Pero no siempre tiene que ser así.

¿Y quién nos ha dicho que somos nosotr@s quienes tenemos la razón y son los demás los que se equivocan?

Ese es el típico consejo de amiga cuando le dices que te gusta (por no decir que estás locamente enamorad@) alguien.

"Yo que tú no me fiaría" Es la frase recurrente. "Al final todos son hombres" Es una frase que he oído en más de una ocasión...

Sí, todos son hombres. Pero... normal, si soy heterosexual digo yo que me tienen que gustar los hombres, ¿no? Con sus defectos y sus virtudes, con lo bueno y con lo malo. Porque tod@s como personas tenemos cosas buenas y cosas malas.

Que esa es otra. ¿Como puede saber otra persona que alguien no me conviene cuando no sabe como es cuando está conmigo? Aparte que, ¿tan tont@ me crees como para no darme cuenta de las cosas?

Volvemos a lo mismo: "Te lo digo por tu bien".

Pues prefiero verlo yo sola. Porque además, no sé vosotr@s, pero yo, que soy muy de darle vueltas a la cabeza y si me empiezan a rayar con todo esto, me rayo yo y rayo al prójimo.

Por eso digo no. Prefiero desengañarme por mi propio ojo.

Si tenías razón te la daré y si no... alégrate por mi.

Feliz martes.

Pd: ¿Conocéis el refrán: "Consejos vendo, para mi no tengo"?


lunes, 25 de marzo de 2013

Tan sencillo como cambiar de champú

Pues sí. Resulta que ya no quiero cortarme el pelo. Y ya está.

Resulta que probé a pasar de mi superchampú "especial para cabellos secos-dañados-con-mechas" y probar el que compra mi madre "para-toda-la-familia" y pasar de tener un scocht-brite decolorado en la cabeza, a tener una melena suave y peinable.


Tan sencillo como eso. Cambiar de champú.

Porque si al final me hubiera cortado el pelo y hubiera continuado usando el mismo champú, mi descontento continuaría. Bueno, más bien rectifico, no continuaría, sino que se hubiera acrecentado porque además de gastarme la pasta en la pelu, tendría la sensación de que todos mis "esfuerzos" por conseguir la larga melena que tan orgullosamente poseo (ahora) los hubiera tirado por la taza del wc. Tendría el mismo pelo estropajoso, pero con la mitad de longitud y bastantes euros menos en la cartera. Y todo por no haber probado antes a cambiar de champú. Por no ver que el culpable de mi desgracia capilar era un champú que no era el adecuado para mi.

Y es que la mayoría de las veces nuestros problemas tienen soluciones mucho más sencillas de lo que a priori imaginamos. Y para encontrar esas soluciones tan sencillas lo primero que deberíamos hacer es observar a nuestro alrededor para ver si todo lo que tenemos es lo que realmente queremos y/o necesitamos.

El plan renove consiste más o menos en eso: Cambia lo que no te conviene y descarta lo que no necesitas.

Ahora falta ponerlo en práctica.

Tan sencillo como eso...

Feliz comienzo de semana.





martes, 19 de marzo de 2013

Si cuando digo que a mi me pasan cosas raras...

Creo que soy una especie de increíble caso de Benjamin Button, porque en vez de madurar, cuanto más tiempo pasa más me rejuvenezco. Antes pensaba que rejuvenecía solamente en edad mental (a estas alturas, creo que voy ya por los doce o trece años), pero resulta que también me estoy rejuveneciendo físicamente. Exceptuando los juanetes, claro.

Pues nada. Como ya sabéis ayer fui a graduarme la vista y a elegirme mis nuevas gafaspasta puesto que últimamente (hay que ver como me repito) notaba que veía menos que un gato de escayola.

Ante la pregunta: "¿He perdido mucho?" Me quedé muertamatá al tiempo que ojiplática perdida (nunca mejor dicho) cuando mi optometrista me confirmó que: "No has perdido, has recuperado casi una dioptría de la hipermetropía"

¿¿Mande??? ¿¿?? ¿¿??

Pues sí, cuando con la edad una se supone que tiene que perder visión, voy yo más chula que un ocho y recupero una dioptría. Si cuando digo que a mi me pasan cosas muy raras...

Y como soy chula y rara al mismo tiempo, me elegí yo solica mis gafas nuevas. Creo que era la primera vez en mi vida que me compraba algo de más de treinta euros sin llevar a nadie que me aconsejara. Porque además de entre otros muchísimos defectos que tengo, la indecisión es uno de ellos. Es lo que tiene ser una insegura patológica. 

Así que como estoy en plan renove ayer me hice una terapia de choque y fui capaz de gastarme trescientos euros en gafas sin la opinión de nadie.

Porque además de mis nuevas gafaspasta super-mega-molonas-ideales-de-la-muerte también me compré unas gafas de sol. Bueno unas gafas de sol no, LAS gafas de sol. El caso es que yo tenía que irme de la óptica con unas gafas puestas. 

Claro que...  cuando salí era de noche y ya no las estrené. Ea. Bueno, miento, las estrené en casa para hacerme una foto chachimolona y subirla al Instagram.

Por cierto, ayer fui otra vez a la Delegación de Industria y volví a ver a la mujer de la edad indefinida. Y sigo siendo incapaz de definirle la edad. Aunque casi que voy a empezar a decantarme por tirar por lo alto que por lo bajo.... Sois sabias chicas.

Otra cosa rara que me pasa últimamente es el como soy capaz de atraer y repeler a una velocidad supersónica. No sé como lo hago. Bueno sí, bueno, tengo una teoría: Doy una impresión equivocada. Y luego cuando la gente me conoce, la repelo. Debe ser eso.

O yo que sé... el caso es que a mi últimamente me pasan cosas muy raras...


Pd: No digo marcas porque después de gastarme trescientos pavos, aún encima les voy a hacer publicidad... venga hombre...






lunes, 18 de marzo de 2013

Si es que últimamente me pasan cosas muy raras

Y es por esas cosas y por alguna que otra más por lo que últimamente (hay que ver como me repito) ando un poco nerviosa. El tener el carácter ansioso es lo que tiene.

Últimamente (hay que ver como me repito) como me ha dado por hacerme la intelectual y como psicóloga frustrada que soy me estoy interesando bastante por la psicología emocional. Y me resulta bastante curioso a la par que llamativo, que al final todos llegan a una misma conclusión: 

"No nos enamoramos de quién queremos sino de quién creemos merecer".

¿De quién creemos merecer?

Interesante. Quizá eso despejaría muchas de mis dudas.  Porque como ser inseguro por naturaleza nunca me he creído merecedora de nada bueno ni bonito. Ea. Pues jódete espabila y a ver si aprendes de una puñetera vez que te mereces tanto o más que otr@s y sobre todo, aprende a verlo y valorarlo. 

Así que me estoy planteando hacer un tratamiento intensivo de Moralín 500 y mientras me pienso cuánta longitud de mi ya laaaaarga melena voy a cortar, me voy a cambiar las gafas.

Sí, después de tropecientosmillones de años, me voy a cambiar las gafas. Así que salvo cambio de planes inesperados o demás acontecimientos imprevistos, dentro de unos días me convertiré en gafapasta.

Para empezar no está mal, ¿no?

Feliz comienzo de semana.

 

domingo, 17 de marzo de 2013

Cuando me apetece cortarme el pelo

Es que tengo ganas de cambios.

Supongo que como todo el mundo... o quizá no.

A veces tengo la sensación que llevo treintayun años empezando de cero. Que no termino de encontrar mi sitio... Realmente no podría definir como soy ni que es lo que quiero, porque realmente no lo sé. De hecho, necesito que de vez en cuando otras personas me digan que es lo que opinan de mi para así realmente hacerme una idea de como soy.

Actualmente estoy en uno de esos momentos un poco decepcionantes. Porque creía que había encontrado ese sitio del que os hablaba antes y que por fin había descubierto mi verdadero yo. Y como siempre creo que me he vuelto a equivocar.

Por eso me apetece cortarme el pelo. Para empezar otra vez de cero. Empecé de cero hace unos meses y me cambié el peinado por enésima vez.

El problema es que no sé que peinado quiero haceme. Ni por donde buscar mi sitio.

Reflexiones superprofundas de domingo por la tarde.

jueves, 14 de marzo de 2013

Polémicas

Ayer me comentasteis en la entrada de la etiquetita de marras, que es posible que las bloggers hagan de vez en cuando ese tipo de "pifias" a conciencia para crear polémicas y con ello, obtener más visitas y comentarios que, obviamente, repercuten beneficiosamente para ell@s.

Pues es verdad. 

Que pava soy que no lo había pensado... 

La verdad es que como yo nunca he tenido al blog como algo con lo que sacar beneficios, sino como un hobby, pues esas cosas ni se me pasan por la cabeza.

Gracias al blog, lo único que he conseguido (materialmente, se entiende) es un broche que me tocó en un sorteo y una vez que me regalaron un juguete erótico por hablar de la marca en cuestión. Lo hice porque me hizo mucha gracia que una marca de juguetes eróticos se fijara en mi para tal menester. Aunque luego me enteré que se lo habían propuesto hasta al Tato. Después me han seguido proponiendo hablar de marcas... pero, qué queréis que os diga, ese no es mi rollo. Decliné las invitaciones y claro, ahora ya nadie me propone nada jajaja. 

Pues eso, que me parece ¿mal? no mal sino ¿raro? no sé... que la gente se sirva de polémicas para su beneficio. Porque yo soy la persona menos polémica del mundo... básicamente porque soy muy nerviosa y las polémicas me afectan hasta el punto de ponerme mala. Así que si yo misma provocara que medio España o medio mundo se ria de mi sólo con el objeto de obtener más visitas me parece.... pfffff eso, de tener muy pocos escrúpulos.

Claro que, para hacer tal cosa supongo que es que obtendrán muy buenos beneficios, ¿no? 

Algunas veces me miro a mi como ¿blogger? y miro a otr@s que empezaron al mismo tiempo o incluso después que yo y veo donde estoy yo y donde están (algunas de) ellas. Que empiezas así a lo tonto a lo tonto, que una fotito por aquí, un comentario por acá y en cuestión de unos meses estás tomando café con un diseñador, colaborando para una revista o saliendo por la tele.

Y por un lado me da "envidia" y por otro todo lo contrario. Porque obviamente, esos rollos molan, por supuesto. Mejor que te inviten a una fiesta superchachi o al front row de Cibeles que no estar el sábado en mi casa fregando los azulejos del baño. Pero... no sé hasta que punto hubiera sido capaz de meterme en esa espiral. Porque al fin y al cabo, esas bloggers están metidas en una espiral, en un círculo vicioso del cual debe ser jodido salir.

Como una droga, supongo (salvando millonésimamente las distancias, por supuesto). Que al principio empiezas "por probar", hasta que no vives nada más que por y para el blog. Y luego... ¿qué? Cuando ya no molas, cuando estás muy vista, cuando la gente se cansa y se va a visitar otros blogs, ¿qué? 

¿Salir de ese rollo? ¡¡Nooooo!!! Nadie quiere. Pero para permanecer en la "casa del gran blogger" tienes que seguir obteniendo los resultados de antaño en cuanto a visitar y comentarios.

¿Como lo hacemos?

Inventándonos polémicas.

Y vuelta a empezar...

Y hasta aquí mi reflexión superprofunda de hoy.

Reflexión, ¿eh?

Feliz jueves.

miércoles, 13 de marzo de 2013

¿En serio?

Desde hace unos días se comenta mucho en los blogs de modelitos sobre las "famosas" bloggers que un día tuvieron la maravillosa idea de hacerse fotos con sus ropajes sin percatarse que se veía la etiqueta.

Y yo me pregunto... ¿en serio?

¿¿De verdad que todavía queda alguien sobre la faz de la Tierra que no sepa que las bloggers compran ropa para la foto y luego la devuelven??

Alucino pepinillos. Yo no sé si es porque llevo ya mucho tiempo en el mundillo este o por qué, pero eso se sabe desde el Pleistoceno. Y alucino todavía más con que todavía haya alguien que se crea que las bloggers de modelitos de verdad tienen capacidad (económica y en sus armarios) para acumular esas toneladas de ropa y complementos.

Vamos... y ahora diréis que tampoco sabéis que los ropajes de segunda mano que venden son los que les regalan los chinorris y que no pretenden hacer negocio de algo que a ellas no les ha costado un duro. Venga hombre.

Y no sigo más porque aparte que no tengo ganas, tampoco me apetece que venga nadie a decirme a estas alturas que lo que tengo es "hembidia".

Buen miércoles (otra vez)

Pd: Por enésima vez este invierno llevo puesto el jersey blanco, los vaqueros oscuros y las botas de ante marrón. Sí, las botas de ante marrón las llevo prácticamente todos los días mientras no suba la temperatura a  valores de dos cifras.


El grupo del WathsApp

Pues sí.

Mis compañeros tuvieron la fabulosa idea de crear un grupo de WathsApp para comunicarse entre ellos. Bueno, entre ellos no, entre nosotros, que yo también cuento.

Por un lado está bien, porque sí, porque en vez de llamar y que estén fuera de cobertura, el "esto no es mío, llama al otro", "ahora no puedo hablar" y demás etcéteras, dejas el mensajito ahí colgado en el universo internáutico y ya lo leerán cuando les de la gana.

¿Qué pasa? Que cuando se lían a discutir entre ellos por asuntos que sólo les atañen a ellos....... (¿donde está el icono de la cara enfadada echando humo por la nariz cuando se le necesita?) ...... pues eso, que me toca mucho los huevos la moral, que mi móvil, perdón smarthphone (léase con tono entendido, es que como lo tengo hace poco aún me flipo) esté todo un día-tarde con el ti-to-ti (se entiende que es el pitido ¿no?) y yo, que como os contaba ayer últimamente no tengo mucho contacto con el mundo exterior, me emociono pensando que es alguien proponiéndome un plan chachiguay y no: vuelven a ser ellos y sus discusiones técnicas.

Bueno, aunque eso no sólo pasa con los grupos del trabajo. Con los grupos en general.

Por fortuna, sólo estoy en tres grupos de WathsApp: el de mis amigas, el de las compañeras del aeróbic y el de los compañeros de trabajo.

El de las amigas lo solemos utilizar para quedar y para enviarnos fotos guarrindongas de tíos medio en bolingas (como todo el mundo, vamos) y el del trabajo ya os lo he contado.

Con el grupo de las compañeras del aeróbic me pasa lo mismo que con el de los compañeros de trabajo, pero a partir de las once de la noche y con fotos y vídeos chorras. Bueno, realmente la sucesión de fotos y vídeos chorras es una constante durante todo el día, pero es a partir de las once de la noche que ya por fin me siento a descansar en casa, cuando el ti-to-ti comienza, yo me emociono pensando que es alguien proponiéndome un plan chachiguay y no: es otra foto o vídeo chorra.

Y así todos los días....

Pero... ¿a qué no soy la única?

Venga... contad lo de vuestros grupos del WathsApp.

Feliz miércoles.

martes, 12 de marzo de 2013

Últimamente

Últimamente noto que estoy un poco moñas, por lo que escribo entradas moñas y no me gusta, porque parece que soy una moñas perpetua y eso no es así. Tengo mis días moñas como todo el mundo. O mejor dicho, como todas en ciertos días.

Pero es que últimamente no me ha ocurrido nada interesante para poder contarlo.

Últimamente no he salido mucho ni he tenido que hacer recados fuera de la oficina, por lo que vivo aislada del mundo exterior sin más contacto que la radio e internet.

Pero es que últimamente los blogs de moda en general y de modelitos en particular me dan muchísima pereza, por lo que últimamente no me apetece demasiado criticar a nadie. También puede ser que como además de perezosa estoy un poco moñas, mi yo malvado lo tengo agazapado (toma rima).

También hace días que no hablo con el muso, que como su propio nombre indica, es quién me inspiraba las entradas últimamente. Tendré que llamarle, por lo menos que tenga algo de lo que escribir.

Supongo que mi estado apático se debe a que el invierno se me está haciendo demasiado largo. Y es que cuando llegan estas alturas de invierno todos los días son el día de la marmota. Misma rutina, mismo recorrido, mismas caras (o ninguna, porque hay días que exceptuando a mis padres y a mi perro no veo a nadie más) y misma ropa. Hoy me he puesto el jersey rosa, los pantalones granates y las botas de ante marrón por enésima vez este invierno. Qué aburrimiento Señor.

Y es que últimamente no me compro ropa. Para qué, ¿para tenerla colgada en el armario hasta que deje de helar?

Debo de estar cambiando. Me hago mayor. Dios mío, que horror.

Para que me diga mi madre: "Hija mía, hace ya tiempo que no te compras zapatos." Eso es que estoy grave.

Ahora que lo pienso... ¿Mi madre mide mi estado anímico a razón de la ropa-zapatos-complementos que me compro? ¿¿?? ¿¿?? Qué puñeteras son las madres.... Y que bien nos conocen.

Pues nada, tendré que hacerle caso e ir a comprarme algo, a ver si se me pasa la moñería.

Feliz martes! (aunque ya le queda poco)


lunes, 11 de marzo de 2013

Llorar de emoción

"Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría"


Las frases del día de mi agenda me inspiran mucho, no lo voy a negar. Y esta es una de mis preferidas.

Y es que estoy totalmente de acuerdo con que el placer está tan cerca del dolor que muchas veces es inevitable llorar. Pero en lo que no estoy de acuerdo es lo de llorar de alegría, porque para mi, muchas veces el placer es el causante de muchos llantos, pero de dolor, no de alegría.

Podría hablar de las veces que he llorado por amor. O más bien por desamor. O por amores que quise y nunca tuve. 

Pero hoy no quiero hablar de eso. 

Hoy quiero hablaros de lo que se podría denominar como "mi llanto preferido": El de emoción.

He intentado recordar si alguna vez he llorado de alegría sin resultados. Porque a mi la alegría no me hace llorar, todo lo contrario. La emoción sí.

Mi recuerdo reciente más emocionante, fue sin duda, el momento que vi a mi sobrina por primera vez apenas unos minutos después de nacer. Una emoción inexplicable, indescriptible. Es increíble como después de tener tantos meses de "preparación" y llevar tantos días esperándola (porque mira que se hizo rogar la enana) iba a emocionarme tanto cuando la viera. Lloré como una magdalena. Durante horas. 

Dentro de mis acontecimientos recientes, insisto en que ese ha sido el más emocionante.

Aunque hay momentos que, aparentemente para otr@s no tiene ninguna imporancia, pero son capaces de hacerme llorar. El sentirme querida.

Es cierto. Si hay algo que me emociona es saber que hay alguien a quién le importo y me lo demuestra.

Uno de los recuerdos que guardo con más cariño fue cuando mi exnovio me dijo que para él fue muy importante conocer a mi familia. Ya veis que tontería. Pero lloré, y no sabéis como. Porque creo que esa fue la primera vez que me supe querida por una pareja. Porque yo no sabía lo que era eso.

Ahora es cuando vais a pensar que estoy loca de remate porque una vez lloré cuando mi madre me compró un guante de crin. (Venga, a reirse todo el mundo). Le había comentado varias semanas (por no decir meses) atrás en una de esas conversaciones sin importancia madre-hija que me quería comprar uno. Luego lo fui dejando, lo fui dejando... hasta que un día que llegué a medio día a comer a casa mi madre me lo dio. Lloré por la emoción que me supuso el que mi madre se acordara de semejante tontería. Que se acordara de esa conversación intrascendente y por querer complacerme con el detalle. 

Ya os he contado que soy una persona detallista. Supongo que me emociona que tengan ese tipo de detalles conmigo, porque como yo los preparo con tanta ilusión, el saber que yo le puedo despertar ilusión a otra persona... me hace llorar.

La última vez que se me ha escapado una lagrimita de emoción fue ayer mismamente. Mi hermana me contó que había soñado con su hija y conmigo. Y que yo era su hija y al mismo tiempo su hermana. "Porque a las dos os tengo en el mismo nivel", me dijo.

El que mi hermana me diga que para ella soy tan importante como su propia hija... me emociona... y me hace llorar.

Feliz comienzo de semana.




viernes, 8 de marzo de 2013

Viernes, cinco de la tarde

Y un tiempo estupendo...

¿Sabéis que es lo que me gustaría?

Que en el momento que llegaran las siete de la tarde y saliera de la oficina, coger la bolsa de viaje, montarme en el coche e irme por ahí a perderme el fin de semana.

¡QUÉ GANAS TENGO!

Que yo no pido mucho... Que yo con irme a una casa de pueblo me conformo... Que con que haya un poco de campo para pasear un rato ya soy feliz...

Entre unas cosas y otras llevo ya un año y medio sin viajar. Y lo echo muchísimo de menos. De hecho, creo que es lo que más echo de menos desde que no tengo novio, las escapadas de fin de semana. Bueno, las vacaciones en general... Porque el verano pasado, con esto de estar en paro (que no tenía novio, pero tenía amigas) tampoco me fui a ningún sitio. Vamos, que se me va a olvidar lo que es una playa... y una montaña... y estar más de dos horas dentro del coche.

Pues eso. Que es viernes, son las cinco y pico de la tarde, y cuando salga de aquí... me iré a mi casa.

Y punto.

Feliz fin de semana.





jueves, 7 de marzo de 2013

¿Por qué lo llaman amor cuando quiere decir dopamina?

El impulso sexual es diferente del amor romántico y es diferente del afecto. También creo que han evolucionado por razones diferentes. El impulso sexual evolucionó para que saliéramos a buscar a nuestras parejas. Creo que el amor romántico es el impulso verdadero, porque emana de este cerebro primitivo y es más fuerte que el impulso sexual. Cuando estamos locamente enamorados, queremos irnos a la cama con nuestra pareja, pero lo que realmente queremos es que nos llame por teléfono, que nos invite a cenar, y se crea una unión emocional. De hecho, una de las características principales del amor romántico es el deseo de contacto sexual… y de exclusividad sexual. Cuando nos acostamos con alguien y no lo amamos, no nos importa realmente si también se acuesta con otros. Pero cuando nos enamoramos, pasamos a ser realmente posesivos. En la comunidad científica lo llamamos ”vigilancia de la pareja”. El amor romántico es muy peligroso. Lleva consigo una gran felicidad y una gran tristeza. Cuando se nos rechaza estando enamorados, hay personas que pueden matarse, o matar a otra persona.




Uyuyuyuyyyyyy...

No sé vosotros, pero yo es que veo estas cosas y me asusto.

Que resulta que todo lo que antes llamábamos amor, ahora resulta que es el mecanismo cerebral por el cual consideramos que hemos conocido al individuo idóneo para perpetuar nuestro ADN y empezamos a generar dopamina, que como su propio nombre indica, nos deja "dopados" perdidos y se nos va la olla.

Se nos va la olla hasta el punto de no vivir nada más que para agradar al otro. Nos ponemos guap@s para él/ella, cambiamos hábitos, gustos y no conformes con eso, cuantas más dificultades encontramos, más dopamina generamos, por lo que más nos empeñaremos en conseguir el "amor" de esa persona.

Ahora lo entiendo todo.

Porque cuanto menos caso nos hace la persona "amada" (entrecomillo porque el amar para mi ya no será lo mismo) más deseamos conseguirla. He a aquí la cuestión. Ni las tías somos tontas, ni los tíos son unos cabr**es (y viceversa), es sólo que nos estimula más el síndrome Romeo y Julieta.

Y no contentos con eso, cuando conseguimos estar con la persona "amada", nos volvemos zumbados perdidos, locos, posesivos y extremistas sentimentales.

Después de todo esto, prefiero ser un ser hormonalmente nulo. No quiero ni oxitocina, ni dopamina ni nada que termine en -ina.

Prefiero ser una persona cabal y no sufrir, aunque esté emocionalmente vacía y no perpetúe mi ADN en futuros venideros.

Aunque... haga lo que haga... la química es la química y no se puede luchar contra natura.

Buen jueves.



miércoles, 6 de marzo de 2013

Necesito un chute de buenrollismo

No lo puedo evitar. Me encanta ver a la gente feliz.

Y es que después de tanto de sufrí, de padecé, tanto mal rollo, tanto mal cuerpo, tanto drama y tanto dolor de corazón una terminar por hartarse y necesitar un chute de buenrollismo.

Esto lo digo porque vengo de darme una vuelta por mi blogroll. Y no, todos los que tengo no son de modelitos a los que criticar. Vengo de blogs, con fotos sí (que me parece a mi que la única que no pone fotos soy yo y por cabezonería) pero que transmiten mucho más que superficialidad y frivolidad. Transmiten energía, alegría y felicidad.

Y es que como decía antes, me encanta ver a la gente contenta. Y también puede ser que sea porque veo reflejadas (con más o menos realidad, la que los autores quieran mostrar) la vida que a mi me gustaría tener.

Bueno, más que la vida que me gustaría tener, el ver algunas situaciones que a mi me gustaría vivir.

Obviamente en los blogs siempre se muestra lo mejor de cada casa. Contamos lo felices que somos con la pareja, con nuestro pisito nuevo supermoderno, con nuestro trabajo supercool y varios etcéteras más.

Y es por eso por lo que mola.

Porque a nadie le apetece leer que has discutido con el marido, o que el tío que te gusta no te hace ni caso, que te ves negr@ para pagar el alquiler/hipoteca de tu pisito o que no enseñas la micrococina o cuarto de baño sin reformar porque no tienes un duro, o que en tu trabajo supercool llevan dos meses sin pagarte.

O quizá sí sean así de felices de verdad...

O quizá quiero pensar que no para reconfortarme.

Sea como fuere, me encantan los blogs de vidas ajenas superchachis.

Buen miércoles (otra vez)



El increíble caso de la mujer de la edad indefinida

Está el increíble caso de Benjamin Button, el increíble caso de Ana Obregón, el increíble caso de Lola Ciccone (la hija de Madonna), el increíble caso del Pepe, un excompañero de trabajo de mis años mozos y el increíble caso del Kiko, un tío que conozco de mis tiempos de motera.

Todos ellos casos de personas con edad indefinida.

Siempre he sido muy partidaria de ser consecuente con la edad se tiene y no pretender ir de viejo cuando se es joven ni ir de joven cuando se es viejo. Es más, me parece ridículo pretender ser algo que no eres, en la edad y en cualquier ámbito de la vida.

Pero el increíble caso que me he encontrado hoy, sería incapaz de englobarlo dentro de mis modelos de edad indefinida, porque realmente soy incapaz de determinar qué edad tenía esta mujer.

Ha sido hoy, en una de mis habituales visitas a la Delegación de Industria cuando, mientras estaba siendo atendida por una de mis amigas las funcionarias (que la funcionaria en cuestión también podría ser un caso de mujer de edad indefinida en la categoría Ana Obregón), cuando ha venido a la mesa una chica-mujer a traer unos papeles.

Digo chica-mujer, porque no sé si era chica o era mujer. Osea, que perfectamente podría haber sido una becaria que una veterana.

Increíble.

Tipo de Barbie, voz de pito, vaqueros superskinny, botas altas de cuña y melena rubia platino con flequillo. La descripción de cualquier universitaria, vamos.

Pero cuando me he girado y le he visto la cara... juraría que aparentaba los cuarenta bien pasados.

Ojiplática me he quedado.

Y todavía sigo intentando asimilar si esa chica-mujer era una cuarentañera con el síndrome Ana Obregón o una veinteañera con el cutis mal cuidado.

Mañana que tengo que volver a ir a la Delegación de Industria la buscaré y analizaré. No me puedo quedar con este sinvivir.

¿Conocéis algún caso de persona de edad indefinida?


Feliz miércoles.


martes, 5 de marzo de 2013

Opiniones del muso

Muso: Un par de kilos no te vendrían mal.

Yo: Pues no.

Muso: Estás delgadita.

Yo: ¿Pero delgadita sin más o delgadita a nivel asquete?

Muso: Delgadita sin más.

Yo: Pues que quieres que te diga, a mi me gusta mi cuerpo. Más que nada porque estoy orgullosa de que se me note el deporte.

Muso: Y a mi también me gusta...

¿¿Entonces en qué quedamos??

Feliz martes.

Pd: El muso es muso por todas estas cosas.

lunes, 4 de marzo de 2013

Señores de New Balance:

Ya que veo que están regalando zapatillas a todas las propietarias de blogs de modelitos patrios, les agradecería si tuvieran a bien de regalarme un par.

Sí, sí, que ya sé que no cumplo los requisitos de visitas, comentarios, fotos bla bla bla... pero ¡¡¡me harían taaaaaan feliiiiiizzzz!!!

Porfi porfi porfi porfi porfi.... :)))

Prometo que si me las envían haré un montón de fotos y de poses y prometo decir que me las he comprado yo. Palabrita del Jesus Child.

Grasssiassssss!!!!

Pd: Uso un 38 de pie.


El muso se empeña en abrirme el sobre del ketchup

Y se extraña que le diga que no, que si no puedo ya se lo paso.

Y él me dice que como las mujeres "nos empeñamos en ser tan independientes".

Y yo le digo que si supiera que tendría constantemente a un hombre que me hiciera las cosas, delegaría, pero como resulta que no, prefiero hacerlo yo todo. Que si mañana (osea hoy) volviera sola a comer al Burrikín y no estuviera él para abrirme el sobre del ketchup, ¿a quién se lo pido?

Y el muso me dice que se lo pida a cualquier otro tío que haya por ahí.

Y yo le digo: "Muso, nadie me abre el ketchup como tu".

Pues eso, que la caballerosidad está un poco, bastante, mucho, totalmente pasada de moda.

Probablemente ahora, señores que leáis esto ahora mismo, os escandalicéis cuando diga que hoy en día los hombres, bien por educación, por desdén, por la sociedad en la que vivimos o porque nosotras las mujeres lo """"hemos permitido"""" (entrecomillo mucho, eh) no os comportáis como los caballeros "de antes". Caballeros de los de ir a recogerte siempre a casa, acompañarte hasta la puerta, abrirte las ídem, no dejar que pagues la cuenta y echarte la mano a la cintura.

Probablemente ahora, señoras que leáis esto ahora mismo, os escandalicéis cuando diga que, dentro de mi "independentismo" me gusta que un hombre me trate así, porque me tacharéis de machista.

No soy machista.

Pero tampoco feminista.

No quiero que un hombre me lo haga todo ni tampoco aspiro a quedarme en casa con la pata quebrada y dedicarme la vida a parir hijos de mi esposo-dueño.

Pero lo que es cierto es que sí aspiro a compartir mi vida con un caballero que me haga sentir querida y protegida. Un caballero andante, de los de antes.

Pero en versión 2.0, claro. Y que sólo me abra el sobre del ketchup cuando yo no pueda, o no quiera abrirlo.

Buen lunes.


domingo, 3 de marzo de 2013

Llamadme superficial

¡¡SUPERFICIAL!!

Vale, vale. Que no era cuestión que os lo tomarais al pie de la letra... joé.

Lo que decía, llamadme superficial, pero si hay algo que echo bastante de menos desde que no trabajo de comercial, es no tener la obligación de vestirme de comercial.

Ea. Ya lo he dicho.

Ahora me doy cuenta lo que influyó en mi, en mi carácter, en mi forma de ser, de hablar, de tratar a la gente y sobre todo en mi estilo, los años que trabajé como comercial.

Me pensaba yo que no. Pero sí. 

Que si recordáis mis inicios como eb cuando ponía fotos y todo eso, yo era muy de ir a trabajar en vaqueros y zapatillas (os recuerdo que entonces era una alegre veinteañera) porque la verdad, para estar de administrativo en la oficina, tampoco necesitaba más. Vestía más arriesgada, más moderna, más sin vergüenza por decirlo de algún modo.

Pero cuando cambié de puesto y empecé a visitar clientes me di cuenta que tenía que cuidar más mi imagen. Que era muy importante dar una imagen joven y moderna, pero también seria y formal. Y lo conseguí. Y sin tener que recurrir a los famosos uniformes workingwoman que salen en los editoriales de las revistas que vienen siendo faldas de jefaguarrona y camisas de enseñar el entreteto.

Comercial, a mi estilo.

La cuestión es que me acostumbré a ese estilo y tengo todo el armario adecuado para ello. Y ahora que no trabajo de comercial, me sigo comprando ropa de comercial. Ea.

Por eso, ahora que vuelvo a ser una administrativa monda y pelonda que no salgo de la oficina nada más que cuando tengo que ir a ver a mis amigas las funcionarias de la Delegación de Industria y, por lo tanto, no tengo la obligación de vestirme de comercial, me deprimo. Aparte decir que en la oficina estoy sola sola solísima y no me ve nadie aquí salvo cuando vienen mis compañeros a coger alguna pieza del almacén y se vuelven a ir y a mi compañero-jefe, que ese viste de Carolina Herrera de los pies a la cabeza y por eso él va en azúcar. 

Porque ahora me doy cuenta de lo que me molaba vestirme pensando en qué cliente tenía que ir a visitar, porque dependiendo de si era joven o mayor, si la empresa era de un sector u otro, si era más grande o más pequeña, pues así me vestía. 

Que recuerdos :(

Pero bueno, voy a dejarme de gilipolleces y nostalgias idiotas que bastante es que tengo trabajo y no me paso el día en chándal como hacía mientras estuve en paro, que eso era más jodido. 

Desde luego.... la cuestión es quejarse. Bah!

Feliz comienzo de semana.


viernes, 1 de marzo de 2013

Es que le he cogido cariño

Al blog.

Iba a empezar esta entrada diciendo que yupi yupi por fin estamos en marzo, que odio febrero, que menos mal que ya terminó que tal que si cual bla bla bla.

Es que después de casi seis años de blog a una se le acaban los argumentos y resulta que siempre que ha llegado tal día como hoy he posteado lo mismo, que yupi yupi que por fin estamos en marzo, que odio febrero, que menos mal que ya terminó que si tal que si cual bla bla bla.

Después de varios meses sin publicar nada ya sabéis que hice propósito de volver, de no dejar esto abandonado y todo eso que he dicho ya tropecientos millones de veces. De hecho, esta entrada sería el enésimo dejavu. Así por encima creo que habrá así como diez o doce entradas iguales en todo el recorrido del blog.

Como buena virgo, soy realista. Y como buena realista, veo que mi vida como bloguera está más acabada que el frasco de Halloween que tengo en el tocador.

Y mirad que he intentado reinventarme. Yo es que soy muy fan de la gente que se reinventa a si misma. Hay que ser consecuente y si estás caducado, reinvéntate.

Después de casi seis años, me he sentido caducada infinidad de veces. Porque no me gusta de estar siempre haciendo lo mismo. Me cansé de ser eb. ¿Por qué? No sé, supongo que por la edad. Igual que me canso de usar siempre la misma barra de labios o del mismo corte de pelo. ¿Acaso es que vosotr@s pensáis igual que hace seis años? ¿Sí? Pues yo no. Creo que de los veintiséis a los treinta y uno se evoluciona.

Para mi el blog es una forma de expresión, de liberar mi creatividad, al igual que la fotografía, el dibujo, incluso el maquillaje, el baile o el aeróbic. Porque que no ponga fotos en el blog no significa que no me gusten. De hecho, en facebook e instagram estoy constantemente subiendo fotos. Mías y de otr@s, de lo que me encuentro por la calle y de todo lo que me llama la atención.

Pero cuando yo misma me he puesto tantas limitaciones a la hora de escribir se me hace bastante difícil poder actualizar. Porque podría hablar de muchas cosas. Podría hablar de mi familia, de mis amigos, del amor (de mi amor), de mis ideas, ideologías, de opiniones personales... Pero prefiero no hacerlo porque por suerte o por desgracia hay mucha más gente conocida que lee el blog y que sé que se puede dar por aludida ante cualquier comentario que pueda hacer, aparte que no creo que a cualquier desconocido le importe mi vida personal. Y no tengo que decir que, entre otras cosas, que después que no tengo por qué contarle mi vida privada a alguien que no conozco de nada, me repatea mucho la moral que esos desconocidos me critiquen.

¿Si no me conoces de nada por qué me criticas? Y si me conoces, ¿por qué no me lo dices a la cara?

Y volviendo a lo de los aludidos. Que conste en acta que esta entrada no la estoy escribiendo en alusión a nadie, es tan solo una reflexión.

Así que después de las limitaciones autoimpuestas, sólo espero que me venga la inspiración para escribir algo que no sea demasiado personal pero al mismo tiempo interesante, con el que tod@s nos podamos identificar, que sea gracioso, que sea entretenido y que no sea pesado de leer. Que os de que reflexionar superprofundamente a tod@s, que os den ganas de opinar, de comentar, de participar y de volver a entrar en esta humilde casa.

Sé que eso es muy difícil y que lo más sencillo sería cerrar el blog. Pero qué le voy a hacer, después de casi seis años... le he cogido cariño.

Feliz fin de semana.

Pd: Se aceptan ideas.