Cosas que te salen solas o quizá no

Llámese instinto, hormonas, aura, energías positivas-negativas o vaya usted a saber... pero muchas veces hacemos cosas que a ojos de un tercero está guay o fatal (dependiendo del caso, claro)... pero que nosotros no hacemos a drede, nos salen solas y punto.

Claro que luego quién te ve desde 'fuera' te lanza la típica coña de : "anda queeeeee ya podrías haber disimulado un poquito, ¿no?" 

Pero tu no te das cuenta, total... para tu inconsciente subconsciencia no has hecho nada.

Eso le pasó hace unos meses a mi reverenda madre estando en las fiestas de mi pueblo. Se encontró con un conocido suyo que hacía millones de años que no veía y la buena mujer le soltó así sin anestesia ni nada: "¿Pero eres Paulino?? Maaaadre mía... los años".

A priori la frase no tiene nada de "malo", pero si hubierais visto la mirada de arriba-abajo que le hizo mi madre al pobre hombre, asintiendo con la cabeza y con cara de lástima, os aseguro que lo que dijo con palabras es lo de menos, porque lo que realmente estaba pensando es: "Paulino, ¡pa lo que has quedao!"

Todo esto lo estábamos presenciando mi hermana y yo desde una distancia prudencial, con nuestro consiguiente descojone, claro. Cuando mi madre volvió de saludar al pobre Paulino y nos vio llorando de la risa, preguntó qué pasaba, claro, y al contarle que había sido capaz de hundir al buen hombre en la más profunda de las miserias con una sola mirada dijo que no... o al menos que no lo había hecho aposta, que le salió solo. Y realmente fue así.

Ayer mismo fui yo la protagonista de un momento 'me salió solo'.

Tras un duro fin de semana, ayer por la tarde estaba que no me podía ni mover.

Con esto de que se cambió la hora y todavía había luz, no me daba cuenta que ya eran más de las ocho de la tarde y yo seguía tan ricamente dormitando en el sofá.

Pero Cafetito empezó a decirme que se hacía pis y claro... mi niño manda. Así que nos encaminamos las tres marías de mi casa (madre, hermana y yo) a dar un paseo con Café.

Llegamos al parque de siempre y nos encontramos con la gente de siempre, los perros de siempre y el rollo de siempre.

Al cabo de un rato y cuando estábamos ya casi para irnos apareció así como de la nada un chico rubio, alto y delgado, acompañado de una cachorra de raza alaska (boniquísma del tó). 

Mi Café que otra cosa no, pero que está más salido que el pico de un pila, cuando vio a la perreta se lanzó 'tó loco' a hacerle su correspondiente repertorio de monerías a ver si se la ligaba.

Pues nada, Café para arriba, perreta para abajo, el rubio que me sacó conversación. Yo, que toda la vida he sido de morenos, a la segunda vez que me miró (bueno, casi que se agachó para mirarme) a los ojos y pude ver de cerca sus ojos azules y su rubia barba de dos días... ya no me pude mover del sitio.

A todo esto, mi madre y mi hermana estaban así como tres metros a mi derecha hablando con otra 'perrera' que también va allí...observando la jugada al igual que el día del pobre Paulino.

Después caí en la cuenta que aquí el rubio y una servidora nos pusimos a ligar ahí tan ricamente, delante de madres, hermanas, perros y el resto de los dueños de los perros. Visto desde fuera era ligar, pero entre el rubio y yo más bien se estaba ejecutando una batalla de hormonas, a ver quién de los dos nos las lanzábamos más fuerte.

Cuando volví a la Tierra y me percaté que mi madre y hermana estaban ya hasta el hocico de aguantarme la tela allí con el rubio, pensé que lo mejor sería marcharnos.

Hasta luego, adiós, adiós... hasta otro día y tal....

Obviamente, en el camino de vuelta a casa me tocó a mi aguantar las coñas y cachondeos de mi madre y hermana... 

Pero si yo no lo hice aposta.... me salio solo (jo).

Feliz comienzo de semana.

Pd: No sé por qué me da la impresión que el rubio volverá... jejejeje.