Os cuento cosicas

Güeno, güeno... a ver por donde empiezoooo....

Este va a ser un post sin sentido, orden ni concierto, así que si alguien quiere leer un texto coherente, le recomiendo encarecidamente que no siga descendiendo líneas.


Tampoco me hago responsable de la extensión de este post, ya que en este momento me está entrando una explosión de creatividad (gracias Anita Patata Frita, desde que te conozco esta es una de mis palabrejas preferidas) y no sé hasta que punto me extenderé en mis rayadas.


Hablando de descensos, HE DESCENDIDO.

Psí, psí, psí... he descendido... a la oficina de abajo, oseasé que ya no tengo despachito propio, jolín... con lo que me lucía a mi eso de decir "estoy en mi despacho".

Pero bueno, mi nueva mesa de trabajo es más grande, tengo más espacio para desparramar todos mis papeles, papelicos y papelotes, puedo colocar mis archivadores sin riesgo de derrumbe, la impresora está a una distancia prudencial con la cual ya no es necesario apartar el teclado y el ratón cada vez que necesito imprimir algo... También me mola volver a relacionarme con mis compañeros, porque arriba estaba digamos un pelín "aislada" y con lo cotorra que soy eso de no poder hablar con nadie no me molaba un pelo, algo que era un aliciente para mi masiva publicación de post en temporadas anteriores y cuya escasez actual queda explicada en el siguiente párrafo.

Puntos en contra de mi descenso... La ubicación de mi nueva mesa. ¿Qué le pasa? Pues que mi compañero de oficina al cual a partir de hoy seguramente dedique muchos de mis post y que cariñosamente llamaremos Carapipa, en todo momento está viendo mi pantalla, por lo que mi libertad blogueadora e internetística se me ha coartado de sobremanera. Pero bueno, tendré que volver a desarrollar mis dotes en el noble arte del disimulo.


Si de algo me he dado cuenta estos últimos días, hecho que hace que mi crisis malrollera haya desaparecido y una inmensa sensación de paz y tranquilidad se haya adueñado de mi persona es que a día de hoy sé que tengo trabajo para rato... ¿que por qué lo sé? porque si mi jefe me quisiera echar básicamente se iba arruinar el pobre, porque después de ocho años que llevo echando raíces aquí, el prescindir de mis servicios le iba a costar un riñón y medio y... aún después de pagar tres depidos casi que no le iba a quedar ni para pipas, por lo que mientras no cierre el garito y se declare insolvente me tendrá que mantener aquí hasta el infinito y más allá.....

Más cosicas...


Estoy pensando muy seriamente en cambiarle el nombre al perro. Bueno, ya no se lo puedo cambiar porque es oficial, está inscrito como Café y como tal aparece en el pasaporte así que como cambiarselo no va a poder ser, voy a apodar al perrete como "El Bonico del Tó".

Para quién no sea albaceteño o friki y no sepa de la existencia de Muchachada Nui (¡¡¡NUÍ!!!) les informo que El Bonico del To es éste caballero de aquí.
¿Que por qué el apodo?

Pues por la simple razón que cuando saco al perrete de paseo todo el mundo que nos cruzamos dice: "¡¡Ayyy qué bonicooooo!!" Pues eso.

Esta semana me he renovado el DNI. Ya tengo uno de esos nuevos con microchip ahí todo megasuperguay, pero a mi no me mola... ¿para qué narices lo han hecho tan grande? ¿para que no quepa en la cartera? A mi me molaba más el antiguo, porque lo llevaba en la ventanita plasticosa esa de la cartera y cuando iba a pagar con tarjeta no me hacía falta ni sacarlo, le enseñaba a l@s dependient@s la ventanita plasticosa ahí rollo peli de polis (¿peli de polis? menudo trabalenguas me acabo de rebuscar yo solica) y ya está. Aunque bueno, voy a ser sincera, que vosotros sois coleguis y no tengo por qué mentiros... no sacaba el DNI de la ventana plasticosa por comodidad, sino porque depués de tantos años ahí metido, ventanita y DNI se habían vuelto uno... vamos, que estaba pegado y me costaba horrores sacarlo. El nuevo no me mola porque como es más grande ya no se ajusta a la ventanita plasticosa y la foto me pilla en el "marco" de la ventana por lo que lo voy a tener que sacar y... como vaga que soy y cualquier esfuerzo es mucho para mi, me canso.

Cambio de tema...

El pelo ya me ha crecido lo suficiente para poder cogerme una coleta. Bueno, llamémosle coletilla y... ¿sabéis qué? que tampoco me mola nada... porque en el momento que mi pelo tiene longitud para cogerme coleta, ya no hay manera de que me peine de otra forma. Ese fue uno de los motivos por los que me corté la melena, para no tener la posibilidad de cogerme coleta. Así que tendré que volver a cortarme el pelo. Aunque por otro lado, para el verano siempre iremos más frescas con la coletilla que no con el pelámen en el cuello ¿no? Pero bueno... ya veremos que arrechucho me da, si me vuelvo a cortar el pelo o no.

Como ya he proclamado a los cuatro vientos a través del feisbú... ¡¡ME VOY DE VACACIONES!! Yujuuuu yujuuuu yujjjuuuuuuuuuuu yupiiiiiiii!!!!

Una servidora y su amado Lobo partirán hacia tierras andaluzas a tostarnos al sol de las costas amerienses y granadinas, cosa que... la verdad, después de mirar y remirar el tiempo me parece que mucho tueste no vamos a coger porque se avecinan lluvias y tormentas. No obstante, si el tueste no es posible, siempre nos quedará el turismo "cultural". Queremos visitar y conocer todos los bares de tapas de la zona así que si algún lectoro o lectora de este blog y habitante de poblaciones de las provincias de Almería y Granada (y lo pongo en negrita para que se resalte bien) se ofrece a venirse de cañas con una servidora y su Lobo, estaremos encantados.

No sé si os he contado alguna vez que tengo gafe con los viajes. De todos los viajes que he hecho en los últimos dos años, en casi todos he estado con los días de "la frambuesa" (expresión que he copidado descaradamente a Dèmo de Todo Un Punto Reloaded desde que publicó en su blog que en Suecia se refieren así a la menstuación) y... ¿sabéis qué? pues que la tensión mamaria entre otos síntomas de los que en estos momentos está haciendo gala mi cuerpo y de los cuales en el fondo me alegro (ya me entendéis) están haciendo que empiece a sospechar que "mi amiga la de rojo" nos acompañe de nuevo en este viaje. Mamá, estáte tranquila que no va a haber posibilidad de fornicación alguna. Ejem...

No he echado un vistazo a la vista previa ni nada, por lo que no tengo ni pueñetera idea del kilometraje de éste post pero... ¿sabéis qué? que me da igual que sea largo... para un día que tengo ganas de hablar (o escribir) y teniendo en cuenta que desapareceré de la blogosfera durante unos cuantos días, además de los que llevo desaparecida ya de por sí, me apetecía de rellenar de letras y palabras este post de hoy para que si no lo queréis leerlo de un tirón, tengáis chicha por lo menos hasta que vuelva.... jajaja!!

Pues eso, que con ésto y un bizcocho... ¡¡HASTA EL DÍA 28!!

Felíz finde y próximas dos semanas!!

Besicooooooooosssss!!!!!!