Reflexionando Superprofundamente
La vida más allá de los 31
lunes, 30 de mayo de 2016
viernes, 7 de marzo de 2014
Lo reconozco, soy la persona menos romántica del mundo.
Como le digo al Muso, será porque no estoy acostumbrada a las demostraciones de amor. O más bien a que un hombre me demuestre su amor.
Ya os he contado en mil ocasiones, que a mis treinta y dos sólo he tenido un novio. Bueno rectifico, con el Muso son dos.
Y es que en el fondo no termino de acostumbrarme a llamar al Muso "mi novio". Y es que os he de confesar que en el fondo me hace mucha gracia el haberme echado novio a los treinta y dos.
Lo que viene siendo un novio de los de toda la vida. De los de vivir en casa con su madre, soltero-no-divorciado y sin hijos. Y haberle conocido no por el Badoo ni por cualquier otra red social, sino por el tradicional método de que te presente un amigo común... y en un bar.
Es así, me hace mucha gracia. Yo con tal de salirme de la normalidad, ahora que lo que se llevan son las relaciones "modernas", yo me echo novio por lo tradicional.Y me hace mucha gracia que yo, siendo la persona menos romántica del mundo, tenga el novio más cariñoso del universo.
O... quizá me hace gracia porque por fin tengo ganas de reir, ¿no?
Buen fin de semana.
Como le digo al Muso, será porque no estoy acostumbrada a las demostraciones de amor. O más bien a que un hombre me demuestre su amor.
Ya os he contado en mil ocasiones, que a mis treinta y dos sólo he tenido un novio. Bueno rectifico, con el Muso son dos.
Y es que en el fondo no termino de acostumbrarme a llamar al Muso "mi novio". Y es que os he de confesar que en el fondo me hace mucha gracia el haberme echado novio a los treinta y dos.
Lo que viene siendo un novio de los de toda la vida. De los de vivir en casa con su madre, soltero-no-divorciado y sin hijos. Y haberle conocido no por el Badoo ni por cualquier otra red social, sino por el tradicional método de que te presente un amigo común... y en un bar.
Es así, me hace mucha gracia. Yo con tal de salirme de la normalidad, ahora que lo que se llevan son las relaciones "modernas", yo me echo novio por lo tradicional.Y me hace mucha gracia que yo, siendo la persona menos romántica del mundo, tenga el novio más cariñoso del universo.
O... quizá me hace gracia porque por fin tengo ganas de reir, ¿no?
Buen fin de semana.
miércoles, 5 de marzo de 2014
Mi primera cana
Descubrí mi primera cana la mañana del 1 de enero de este año.
Y al contrario que en la famosa canción, en mi primera cana no puso su granito de arena ni Joaquín Sabina ni Pancho Varona. En mi primera cana han puesto su granito de arena muchos factores.
Recuerdo una entrada que escribí hace tiempo donde hablaba del estupor que sentía al pensar en el momento que me descubriera mi primera cana.
El caso es que ahora tengo dos (o quizá más) y me da absolutamente igual. No se ha acabado el mundo, ¿sabeis?
Que cosas... Y es que en el fondo creo que por fin he madurado. Porque por fin he comprendido el signifado del verbo madurar. Para mi, madurar significa perder el miedo. Perder el miedo a la vida, al paso del tiempo, a amar, a la responsabilidad, a todo. Y por eso digo que he madurado, porque he perdido el miedo a todo lo que me atormentaba tiempo atrás. Y ademas de perder el miedo, también he dejado de darle importancia a cuestiones supérfluas que me hacían perder el tiempo soberanamente.
Ahora me apetece centrarme en mi búsqueda de empleo y en crear proyectos, en el Muso, en mi familia, en aprender inglés (estoy enchufadísima) y en todos mis bienes tangibles.
Por eso no me tengais muy en cuenta si dejo de publicar una temporadita. Es más, os agradeceré que me deis un toquecillo de atención a través del correo cuando lo creais necesario (gracias Carmen).
Aunque espero que no sea necesario.
;)
Y al contrario que en la famosa canción, en mi primera cana no puso su granito de arena ni Joaquín Sabina ni Pancho Varona. En mi primera cana han puesto su granito de arena muchos factores.
Recuerdo una entrada que escribí hace tiempo donde hablaba del estupor que sentía al pensar en el momento que me descubriera mi primera cana.
El caso es que ahora tengo dos (o quizá más) y me da absolutamente igual. No se ha acabado el mundo, ¿sabeis?
Que cosas... Y es que en el fondo creo que por fin he madurado. Porque por fin he comprendido el signifado del verbo madurar. Para mi, madurar significa perder el miedo. Perder el miedo a la vida, al paso del tiempo, a amar, a la responsabilidad, a todo. Y por eso digo que he madurado, porque he perdido el miedo a todo lo que me atormentaba tiempo atrás. Y ademas de perder el miedo, también he dejado de darle importancia a cuestiones supérfluas que me hacían perder el tiempo soberanamente.
Ahora me apetece centrarme en mi búsqueda de empleo y en crear proyectos, en el Muso, en mi familia, en aprender inglés (estoy enchufadísima) y en todos mis bienes tangibles.
Por eso no me tengais muy en cuenta si dejo de publicar una temporadita. Es más, os agradeceré que me deis un toquecillo de atención a través del correo cuando lo creais necesario (gracias Carmen).
Aunque espero que no sea necesario.
;)
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